Realice un compost para el cuidado de sus plantas
En esta época, la conciencia por el cuidado del planeta, el consumo de productos orgánicos y el reciclaje tienen un papel importante en la sociedad. Es por ello que, una alternativa que contribuye a promover en su hogar un ambiente más ecológico es hacer un compost casero.
Se trata de la materia orgánica proveniente de plantas, flores y restos de algunos alimentos, que se descompone con agua, oxígeno y otros organismos, como lombrices. Su apariencia final es de un color café oscuro. Es una mezcla que se puede incorporar a la tierra de las plantas para ayudarles a retener mayor humedad y nutrientes.
Así que, realizar su propio compost en casa, además de ser ecológico, útil y económico, puede ser una actividad ideal para compartir en familia, pues se trata de una forma amena de transmitir valores como el respeto por el medio ambiente.
¿Qué necesita?
La mezcla debe tener cuatro elementos:
-
Marrones: hojas secas, ramas, aserrín, pedazos de madera y periódico triturado.
-
Verdes: desechos de frutas, restos de vegetales, hierbas, grama recién cortada, bolsas de té, residuos de café, arroz cocido y cáscaras de huevo limpias.
-
Tierra: aportará microorganismos necesarios para la descomposición y dará cuerpo a las mezclas anteriores.
-
Agua: la mezcla necesita cierto grado de humedad para que se forme el fertilizante artesanal. Es necesario que el compost se riegue de vez en cuando, sin ahogar el contenedor, procurando que la humedad penetre en las diferentes capas.
¿Cómo hacerlo?
Paso 1: Prepare el lugar donde va a permanecer el compost. Puede ser en el jardín o dentro de la casa, lo importante es que no le falte luz ni sombra. Si le da sol todo el tiempo deberá ser regado con mayor frecuencia y si está siempre bajo la sombra la descomposición será mucho más lenta.
En el jardín: Seleccione un lugar seco, con sombra y con acceso a una fuente de agua donde se pueda cavar un hoyo.
Dentro de casa: Puede utilizar un recipiente reciclado, como una caja de madera o de plástico. Cualquier envase servirá, siempre y cuando no esté en contacto directo con el suelo. Si utiliza una caja de plástico, realice unos agujeritos en la base y coloque una primera capa de tierra y una segunda de materiales secos como paja, restos de ramas, o aserrín, para evitar que el fondo de su compostador se pudra y estropee la mezcla. Es importante que el envase tenga un drenaje inferior para la humedad y líquido.
Paso 2: Alterne las capas de desecho de jardín con los restos de comida, colocando una capa de tierra entre ellas. Lo ideal es colocar una parte verde por dos marrones.
Paso 3: Añada un poco de tierra neutra y riegue. Este proceso ayudará a promover la aparición de los microorganismos necesarios para la descomposición.
Luego repita el proceso de añadir las capas marrones y verdes, en relación de 2 a 1, finalizando con una capa marrón. Es importante mantener la humedad, de tal forma que la mezcla parezca una esponja mojada, pero exprimida.
Paso 4: Cubra la composta con una lona o tapa para mantenerla húmeda y caliente.
Después de una semana, el compost se sentirá caliente y es el momento para mezclar las capas y posteriormente voltear la mezcla. Este proceso se debe realizar cada semana. Dependiendo de la cantidad de ingredientes y las condiciones de clima y humedad, la composta estará lista en un lapso de dos a tres meses. Si se voltea con frecuencia, el proceso se acelera.
Un compost tiene diversos beneficios: ayuda a regresar nutrientes a la tierra; evita el desgaste del suelo provocado por las lluvias, reteniendo la humedad; reduce el volumen de desechos orgánicos y funciona como antibiótico contra microorganismos. Así que ¡atrévase! Haga su propio compost y construya en su hogar un ambiente más saludable.